Todo tiempo futuro será peor

 

Aunque me fuercen yo nunca voy a decir

que todo tiempo por pasado fue mejor

mañana es mejor

 

Luis A. Spinetta

Cuando pensamos que todo tiempo pasado fue mejor, es común que nos digan que somos retrógrados. Ahí está “Cantata de puentes amarillos” para demostrarlo, el mismísimo Luis Alberto nos decía que mañana es mejor. Y ahí está Luis ahora, en su mañana. ¿Será la muerte lo que es mejor que el pasado?

Hace unos años las personas completaban álbumes de fotografías o escribían diarios para llevar la cuenta de sus vivencias, de sus viajes, de los recorridos que habían hecho. El pasado, la experiencia, lo que vivimos es lo que siempre se ha valorado. Cuando buscamos empleo, por ejemplo, nunca nos preguntan por los hechos que vamos a experimentar de acá a tres, cinco o diez años, da igual. Si a la persona amada que sufre porque no tenemos trabajo le contamos que esperamos ganar la lotería, inventar el agujero del mate o ser campeones de Fórmula 1, nos dirá que somos unos ilusos, unos soñadores, que tenemos que poner el pie en la tierra, sentar la cabeza. Y hasta tal vez nos dejen.

Ahí parece estar la clave, el pájaro en la mano. Hay una editorial por estos lares que se llama “Mil Volando”. Me encantó el concepto, no conformarse con lo que hay, sino con lo que podremos tener. Ese es el propósito, me parece, de soñar, de imaginar, de esperar que algo ocurra y nos cambie la vida. De ahí que pensemos que el mañana será mejor, que nuestros sueños se harán realidad en el futuro, y no en el pasado. El problema es que no hay que tener sueños, hay que tener proyectos para no ser unos simples soñadores; debemos elaborar planes de acción, ponernos objetivos a mediano y corto plazo para no frustrarnos, llevar una hoja de cálculo con las métricas y determinar de ese modo si estamos o no estamos cerca de lograr lo que nos propusimos.

Eso, en verdad, se parece bastante a llevar adelante un negocio, una empresa. ¿De eso se trata vivir? ¿De tener indicadores y planillas y llevar estadísticas de nuestros sentimientos? ¿Cuántos besos deberíamos tener por quincena para saber si estamos o no estamos cumpliendo objetivos? ¿Cuántas caricias, cuántos orgasmos? ¿Podríamos enamorar a alguien con una enumeración de nuestros logros en los últimos cinco o diez años? ¿Valdría como experiencia haber tenido tres esposas, diez novias, veinte amantes? ¿Valdría nuestro currículo sentimental fuera de las aplicaciones de citas?

Pienso tal vez que a futuro espero que mi pareja se parezca mucho a sí misma y que a mí guste como es y viceversa. Pienso que hacia el pasado no tengo mucho que aportar, fui bastante descuidado con mi salud, con mis amores, con mis amistades. No tengo manera de corregir eso sino es hacia adelante. Pero no me queda mucho tiempo, a decir verdad. Y mañana no será mejor. Será distinto, eso sí, tendrá otro gusto, otras connotaciones, otros planes. Pero mi vida hacia adelante no puede ser mejor, me estoy muriendo cada día más.

 

Fernando

Marzo, MMXXI